Escapada a Francia volviendo por casa
Los sanfermines son una experiencia fantástica, pero el día 10 ya estaba hasta el gorro de frotar los bajos negros de los pantalones blancos. Así que huí a Nimes, 715 kilómetros del tirón con resaca de viernes, para hacer un poco de turismo y comenzar una semana apretada:
Sábado 10: Llegada a Nimes pasada la medianoche. Sobar y levantarse tarde para ver la ciudad -poco que ver, aunque me dejé alguna cosa, ambiente nulo-. Comer en una terraza mejillones y ensalada de trucha ahumada (más barato que en Pamplona), y tarde turística en el Pont du Gard (tremendo pedazo de acueducto de la foto) y Avignon (ambientazo por el festival de teatro, precioso, una pena estar menos de dos horas).
Vuelta a Nimes. Representación nocturna del Carmina Burana en Las Arenas, la plaza de toros más bonita del mundo. El sitio hacía mucho. Pronto al hotel.
Madrugón el lunes, segudo desayuno en el patio del hotel leyendo el Midi Libre. Es decir, viendo las fotos y las clasificaciones deportivas del fin de semana. Salida a las 11 hacia Pamplona parando en Montpellier (muy imperial, me gustó); Sete (la Venecia francesa... sí por los cojones; pero estaban buenos los mejillones, ambiente de veraneo mediterráneo, francés, pero mediterráneo); y cena en Fuenterrabía. Llegada a Pamplona a las 12:40.
Diana el martes a las 06:00. Lleno el coche de cosas, pero lleno -un tercio de la mudanza que tengo que hacer antes de salir hacia Chicago-, y salgo para Asturias. Llego a comer a Oles, Villaviciosa, bonito a la plancha. Como y a Oviedo. De ahí a Meres. Y de Meres a Verdicio, todo seguido. A la playa, al lado del Cabo Peñas.
Me quedo en Verdicio hasta el viernes por la mañana. Mucha playa y poca gente. Días tranquilos. El viernes como en Casa Gerardo (en Prendes, que diría un playu) invitado, claro. Tarde familiar en Gijón, picoteo en casa Zarracina con albariño (bonito a la plancha, con tomate y en rollo). Ahora que lo pienso, no tomé ni un culín de sidra en 4 días y medio en Asturias... si lo hago aposta no lo consigo.
Vuelta después de cenar hacia Verdicio. Paro en Luanco -fiestas del Carmen-. Menos ambiente del esperado, y tenía pocas ganas de marcha. Llego de día a casa después de tomarme tres Mahous.
Sábado media mañana: amanezco en Verdicio, hace malo. Voy a comer a Oles, dejo allí el coche y me vienen a buscarpara llevarme a Pamplona. Bueno, a Alsasua, un poquito antes.
19:30 sábado. Apeadero de Alsasua (ojo, también hay estación, pero en la línea hacia Donosti). El tren se retrasa. Una niña de 8 años espera la llegada de su hermana, que viene de Soria, apoyada en una pared-ikurriña. El cercanías se retrasa y no hay donde sentarse, salvo el asiento de atrás de un coche apoyado sobre unas cajas de fruta, de plástico, donde nadie se atreve a sentarse. No se sabe si por lo sucio y roto que está o porque "lo han puesto ahí los gitanos", como dice una señora.
20:20 Llegada a Pamplona, llueve. Escampa. Paseo húmedo desde la estación hasta Barañain. Ciudad vacía después de los sanfermines.
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