Wrigley Field

Es quizá el ballpark con más solera del país. Construido en 1914, mantiene básicamente la misma estructura desde entonces, mientras el resto de campos se han modernizado. Está en medio de la ciudad, rodeado de casas en cuyos tejados hay gradas. Sí, gradas, no gente con sillas en la terraza, sino gradas para las que hay hasta entradas. Estaría bien saber cuánto más caro es el alquiler en esos pisos.

Y por supuesto, Wrigley Field es la casa de los Cubs, el equipo que disputaba la corona de eterno perdedor a los Boston Red Sox hasta que los Medias Rojas ganaron el campeonato hace unos meses, algo que no hacían desde 1918. Ahora los Cubs se han quedado solos -bueno, los vecinos White Sox tampoco lo hacen mal- con la vitola de equipo al que todo el mundo tiene cariño porque nunca gana. O al menos no lo hace desde 1908.

Total que una vez en el campo, Kelvin, el chaval de camisa blanca con rayas azules, que es el ayudante del fotógrafo oficial del equipo y está en mi clase, nos pasó al mismísimo field para hacernos una fotico. Inmediatamente después cumplimos el ritual y nos zampamos tremendo perrito caliente y cerveza Old Style, la más barata de la zona, malísima.

La foto no es buena, (aunque está hecha por un becario que quiere dedicarse a eso, en fin) y además salgo con los ojos cerrados. Pero se puede apreciar al fondo el marcador, en el que todavía cambian a mano los resultados de otro partidos.