Rita

Pues acabamos la segunda semana, muy centrada en el huracán Rita. A punto he estado de ir a Houston, pero al final han mandado a un compañero. Así que estamos pendientes de las evoluciones del monstruo desde Miami. Por aquí -bastante al sur- pasó el martes por la mañana. No la armó gorda, pero sirvió para que no abriesen la oficina y me quedase en South Beach. Por la tarde, de paseo post-huracán, me encontré a JLo de compras por Lincoln Road. Así que semana animada.

Primera semana

Bueno, pues me dispongo a salir del curro tras una primera semana peleándome con el sistema editorial. Hasta ahora, no mucho periodismo y un poco demasiado rollo técnico, pero las cosas irán cambiando. De cualquier manera, un botón.
Y estoy tan agotado que tampoco se me ocurre mucho más. Espero que para el próximo post ya tenga un techo alquilado.

Miami Stress

Llevo dos días trabajando en Miami y seis días en la ciudad. El avión tocó tierra el miércoles pasado a las 4 de la tarde en punto. A las 16:40 estaba bañándome en la playa.

Desde entonces he:
- Sacado el carnet de conducir de la Florida.
- Comprado un Mazda Protegé de 1996 con 83.000 millas. Cambio manual.
- Puesto el coche a mi nombre. Y he comprado una matrícula.
- Cambiado de ¨casa¨ prestada tres veces en South Beach.
- Dormido una media cada noche de 5 horas. Las ojeras son tremendas.
- Conocido como a 40 españoles.
- Hablado exclusivamente en español. En Barcelona hubiera usado más el inglés.
- Salido los dos días del trabajo de noche.
- Mirado apartamentos cerca del trabajo y lejos del trabajo, amueblados y sin amueblar, para mí solo y para compartir, caros y baratos, para un mes y para un año... y sigo sin techo.

En Chicago, de turista

Como no hubo manera de irse a casa entre Washington y Miami, me he venido casi una semana a Chicago. El viaje me ha servido para confirmar lo chula que es esta ciudad; una maravilla. De paso, he aprovechado para visitar zonas que me había dejado sin ver, como Oak Park, un barrio lleno de casas de Frank Lloyd Wright; y la Universidad de Chicago.
El que ha podido venir a visitarme y no ha querido -o no se le ha arreglado-, se ha perdido una pasada de ciudad.