Escapa a NOR CAL

Dentro de un par de horas me voy al aeropuerto de San Francisco, a coger el redeye a Miami (vuelas de noche y llegas con los ojos rojos). No voy a explayarme porque ando con prisa y no tengo tildes en este teclado, pero me he pasado el fin de semana en Yosesmite que, con el Grand Canyon, se ha puesto de una en el top two de escenarios naturales que uno no puede dejar de ver en estos estados tan unidos. Cada valle, un mundo diferente, todos impresionantes. (En la foto, El Capitán. Lo de atrás, quiero decir. La pared de granito más alta del mundo. Templo de la escalada).

Y ahora acabo de llegar de Santa Cruz, capital del surf. Unos acantilados bastante chulos, mucho artista a sus 50 tacos con la tabla, la gente fumando canutos por la calle y un buenrrollismo general muy agradable pero muy americano, que en el fondo no tienen claro lo que es divertirse.

El pañuelo de honor

Con mucho, de largo, lo mejor que tengo en el mundo es mi familia y mis amigos. Lo de la familia no tiene mérito ninguno: viene dada y me tocó el gordo. Pero los amigos los va encontrando uno en la vida y tengo cada uno que es un fenómeno de cuidado. Hoy me alegrado el comienzo de la semana esta noticia del Diario de Navarra.

A Carletto ya le comenté yo hace años que en Olite estaban tardando en hacerle un homenaje. ¡Qué bien se encuentra uno cuando se siente orgulloso de sus amigos, coño!

Dos derrotas

Vamos a pasarlo mal este año. Eso ya lo sabíamos. El Sporting es el único equipo que aún no ha puntuado, dicen que la defensa es muy flojita y, sobre todo, inocente. Pero muy pocos equipos van a meter tres goles esta temporada en Sevilla. Y sólo estamos a un punto del Barça, próximo rival. Pero mi problema es otro.

Ayer me fui a comer al sitio argentino donde nos juntamos para ver el fútbol, convencido de que después del Barça-Racing pondrían el Sevilla-Sporting, que era el único partido a esa ahora. Entonces los malditos de GolTV -cadena que pasa la Liga aquí- se cascaron el Valladolid-Atlético en diferido. Me parece que voy a ver muy poquito al Sporting este año.

Lago Grapevine

De 0 a 50 millas por hora en 2.9 segundos, más rápido que un Ferrari F430. Sobre el agua. Impresionante.

Texas

Cuando uno llega a Estados Unidos desde Europa le llama la atención lo grande que es todo: los coches son inmensos, las autopistas tienen por lo menos cuatro carriles, las latas de refresco traen más, el papel higiénico es más ancho... Con el tiempo uno se acostumbra. Hasta que llega a Texas.

Aterricé hace un par de horas en el aeropuerto de Dallas-Fort Worth y me vine directamente al hotel más absurdo que hay visto jamás. Desde lejos, cuando vi una mole gigante al fondo, le pregunté al taxista: "¿Aquello qué es, una fábrica?". "No, es el hotel, para allí vamos".

El hotel está al lado de un lago enorme creado con una presa en un cañón. Es medio hotel de vacaciones -deportes acuáticos en el lago y tal-, medio hotel de convenciones. Y todo es gigante. Pero GIGANTE. Desde las puertas, hasta el hall, el mostrador de recepción, etc. El edificio principal tiene un patio central cubierto que es como un campo de fútbol, con un parquecito, un riachuelo... surrealista. Ahí va la foto desde la terraza de mi habitación.



Y acabo de pedir pasta de dientes y espuma de afeitar -especificando que no necesitaba cepillo ni cuchillas- y me acaban de traer dos tubos de pasta, dos de espuma, dos cepillos y dos gillettes. Aquí, todo a lo grande.