Lakefront

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miércoles, noviembre 24, 2004

Nieve para Thanksgiving

Mañana es el Día de Acción de Gracias. El plan que me tienen preparado consiste en ir a una casa de estas grandes con jardín donde se reúne una familia de unos 25. A partir de la una nos pondremos ciegos de pavo, pureses, y potluck, que aún no tengo claro lo que es. A continuación se sienta uno en la sala a ver el partido de los Bears, football, para bajar la comida. Pero antes de que ésta baje de verdad, la gente se pone el chándal, se hacen dos equipos y se sale al jardín a imitar a los Osos de Chicago hasta que anochezca, es decir, hasta las cuatro y media. Con la noche que viene, posiblemente se juegue sobre la nieve. Dicen que así es aún más tradicional. Al parecer, soy la esperanza de una rama de la familia a la que unos primos le tienen comida la moral. Prometo informar del resultado del choque ASAP.

lunes, noviembre 15, 2004

Lincoln Park



Lincoln Park es el parque "urbano" más grande de los Estados Unidos. Además de barquitas, laguito, etc., tiene playas y el mejor zoo público del mundo. Situado justo al norte del centro de Chicago, las vistas de la torre Hanckock (el edificio negro con las dos antenas) no están nada mal. Lo que llevo al cuello en la foto es un puff de los gordos, que empieza a hacer fresco. La prueba es que han retirado todos los barcos de los pantalanes, porque cualquier día de éstos se congela el lago (no sólo el que sale en la foto, sino el grande, el Michigan).

martes, noviembre 09, 2004

El lío de las “ethnicities”

Aquí llevo unos días preguntándome si pertenezco a una “minority” o “ethnicity”. En mil formularios hay que poner si eres blanco, latino, afro-americano, asiático, nativo-americano u otros (esquimales y alguno más por ahí). La pregunta, evidentemente, es ¿somos los españoles latinos o no en este sentido? Esta división de los habitantes del planeta que mezcla razas, lenguas y culturas es completamente absurda y todos aquí quieren acabar con ella. Pero para ello se dedican a organizar asociaciones de minorías, a favorecerlas (para ello hay que identificarlas antes, claro), a completar cupos... En fin, que el otro día una chica muy maja de Florida me preguntó –convencida– si yo en España no era de los más paliduchos. Y ojo, no es ninguna ignorante: ha viajado a Europa, se puede hablar con ella de cine y libros, ha acabado su carrera y odia a Bush.

miércoles, noviembre 03, 2004

Jornada electoral

Ya tenemos ganador en las urnas. Bueno, en las máquinas electrónicas chupadoras de tarjetas perforadas. Ayer tuve la oportunidad de ver cómo en un “colegio electoral” (realmente era una habitación al lado de una piscina) cerraban la máquina en cuestión, metían los votos absentees (el voto por correo), mandaban los datos a la central y recibían una tira de papel como las del híper con los resultados. Los election judges (todos voluntarios de los partidos, no hay mesa como tal) eran bastante inútiles, y estuvieron a punto de tirar un montón de votos (unos 30 de 400 totales) porque la máquina los escupía. Al final, se los tragó. Justo después me echaron de allí –me pidieron una acreditación oficial, je, je- mientras me ofrecían una cookie, qué majas las señoras americanas.

En fin, que después de ver el sistema y de leer cómo en muchísimos sitios los election judges sólo ayudan a votar a los blancos –incluso sin prueba de identificación-, perforan como quieren el voto de gente muy mayor o disminuidos, o mandan de vuelta a los no wasps si no tienen dos identificaciones válidas, no me queda la menor duda de que las elecciones son un poco comedia. Además, siempre son en martes laboral, para fomentar el voto.

De todas formas, después de asistir a las fiestas republicana y demócrata de Glenview, un suburb al norte de Chicago, uno comprende mejor el resultado de estas elecciones. Un abogado de 80 años, demócrata, me dijo que yo era la primera persona de España que había conocido en toda su vida.