El planificador

A día de hoy, ya tengo las Navidades medio planificadas. Yo, que todo lo dejo para última hora. Ya véis lo que hace esto de tener sólo 10 días de vacaciones al año y, sobre todo, los precios astronómicos de los billetes de avión en fechas señaladas.

En fin, que el 14 de diciembre aterrizo en Barajas y el 16 en Ranón. Con un poco de suerte no salgo de Asturias hasta el 3 de enero, día de mi vuelta Ranón-Miami.

Mientras, sigue pasando la temporada de lluvias sin que llueva mucho ni se acerquen los huracanes.

Il castrato

Hace un par de semanas entrevisté a un tipo curioso, un castrato natural. El hombre no se desarrolló sexualmente debido a una leucemia y su tratamiento. No maduró, así que se le quedó una voz más parecida a la de una mujer o un niño que a la de un hombre. Ahora canta ópera, partituras escritas para los famosos castrati de los s. XVII y XVIII. Aquí está la entrevista a Javier Medina.

Sin verano

Es lo malo del permanente veraneo en que vivo, que cuando llega el verano de verdad, ni te das cuenta.

Desde hace dos años -que en septiembre hago 24 meses en Miami- me pongo chanclas prácticamente todos los días y estoy igual de moreno en febrero que en julio. Y pensaréis: "Estará morenísimo siempre, si ya es moreno de por sí". Pues va a ser que no, que con esto de que tienes la playa a tres calles, que puedes tomar el sol todo el año, que el termómetro no baja de 24º... al final ni fu ni fa, un medio morenillo que no va a ningún lado. Nada comparable a cuando pasaba el verano en Asturias, incluso en Pamplona tenía más color.

El asunto es que han llegado el primero de julio, y ahora el de agosto -como nos recuerda el adversario- y sólo me he dado cuenta por la fecha de publicación que le tengo que poner a los artículos que subo todos los días. El concepto de jornada intensiva es desconocido en este país, y yo sigo trabajando hasta las 8 o las 9 como el resto del año. O hasta las once y media si se cae un puente sobre el Mississippi.