Reportero chusquero

Acabo de escribir una noticia de 200 palabras sobre el dinero que el Senado podría darle a Pennsylvania por medio de la agriculture bill. El asunto fue tal que así:

Hace unas tres horas, ya algo tarde, mi compañero Steve Nery, que escribe para otro diario del estado, me pasa una nota de prensa enviada ayer noche por los senadores de Pennsylvania, sobre la aprobación de unos dineros por parte de un comité del Senado. Uno de los 10 proyectos que figuran en la nota financia un estudio en una universidad de Scranton, ciudad para la que escribo.

A continuación mando a mi editor un párrafo -lo que aquí se llama "to pitch the story"- explicando el asunto, aunque sólo para que vea que estoy al tanto y que quizá en el futuro se puede escribir sobre esto, cuando todo el Senado -no solo el comité- apruebe la propuesta y luego se las vea con la misma bill del Congreso.

Pasa hora y pico mientras me pongo al día del escándalo sexual de uno de los congresistas que me toca seguir... sin respuesta de mi editor. Cuando me pongo a cerrar el ordenador dispuesto a juntarme con la horda de periodistas que cenan tacos por la cara en el National Press Club, compruebo el mail por última vez y... sorpresa, quieren un breve del asunto.

Lo redacto en 20 minutos sólo con la nota de prensa, me lo edita la profe y se convierte sin comerlo ni beberlo en el primer texto que he escrito como reportero de Capitol Hill.

Un mal refrito de una chusca nota de prensa que me llegó 18 horas tarde. Qué ruina.

Para compensar, una foto de la graduación, en la que el invitado de honor fue el senador por Arizona John McCain, perdedor de las primarias presidenciales republicanos en el 2000 contra Bush. Allí nos dio un discursito.