Periodista en el consulado
Ayer, con un año y cuatro meses de retraso, me di de alta en el consulado de España en Miami. Llegué justo a la 1, cuando dejan entrar a los últimos, aunque una vez dentro luego atienden hasta las tres.
Paso por el detector de metales a información, me dan una cartulina verde claro DIN-A5, plastificada, y de ahí me mandan a una sala con tres ventanillas. Cada una de las ventanas de doble cristal antibalas tiene pegada una cartulina de un color: amarilla, blanca y verde. La intuición me dice que seguramente me atenderá la argentina con mala leche que está detrás de la verde.
Al entrar, tres personas delante de mí. Tres ventanillas. Hora y media después me atienden, después de repetidas idas y venidas misteriosas de cada una de las tres empleadas consulares. Qué gusto, me siento en España en plenas Navidades. Entrego el formulario con mis datos a la argentina, lo pone a un lado, y la mujer comienza a preguntarme por el micrófono la misma información que acabo de pasarle, para rellenar mi ficha en el ordenador.
- ¿Profesión?
- Periodista.
- Ah, ésa no está. Me pasa lo mismo con los contables. Te pongo "profesional liberal".
- Vale.